Havalina no defraudan, Havalina no defraudan. Ese era el mantra que me repetía preparado a verles otra vez, la cuarta o quinta en mi caso ya que les llevo siguiendo la pista de cerca desde que descubrí su disco “Imperfección” de 2009 y puedo decir que no sólo no defraudan, si no que mejoran cada día que se suben al escenario.
Para quien no los conozca Havalina son una banda Madrileña, que llevan mas de 10 años en activo, primero como Havalina Blu, cantando en inglés y luego tras un giro de la banda siguieron en castellano y haciendo unas canciones cada vez mas oscuras y próximas al Stoner-rock.
Legué a la sala Porta Caeli de Valladolid a poco mas de las 10 de la noche, fue una lástima perderme a los teloneros, Polaroid, venidos de San Sebastián.
Multitud de personas llenaban la calurosa sala y un nutrido grupo de profes y monitores de Rock Camp, nos preparábamos para lo que venía. Y es que el rock and roll no sólo dura 12 días, amigos.
Havalina subían al escenario y empezaron a desgranar su nutrido repertorio, y es que cuatro discos en castellano ”Junio”, “Imperfección” (2009), “Las hojas secas” (2010) y “H“ (2012) dan para un lujo de concierto de hora y media larga.
Al terminar no pude hacerme con un set list y no puedo recordar el orden exacto de las canciones, pero lo que vimos el pasado sábado no requiere de títulos exactos para describirse. Un espectáculo de rock con mayúsculas, un trío que suena perfectamente empastado desde el minuto cero (un fuerte aplauso a Carlos, técnico de Porta Caeli) y un repertorio que mezcla los momentos mas intensos y próximos a Kyuss y Queens of the Stone Age con pasajes delicados y letras profundas cantadas en castellano.
Todo eso perfectamente sujeto por el dominio de cada instrumento de los miembros de la banda, destacando a Manuel Cabezalí a la guitarra y su increíble técnica y originalidad tocando, siempre se agradece que alguien se atreva a experimentar y es que entre la preciosa colección de 5 guitarras que le vimos usar no había ni media afinación estándar ni medio riff corriente, si no complejidad técnica y artística.
Pasado el ecuador del concierto y con público y banda sudando la gota gorda el ambiente era insuperable, y se aproximaba el momento de los grandes éxitos de la banda, centrados en los tres últimos discos sonaron canciones como “Música para peces”, “El estruendo”, “Objetos personales”, “Viaje al sol” o “Compañía felina”, dedicada a Nicolás y Vicente, los dos gatos de Manuel Cabezalí.
La banda se retiró y los gritos que pedían “otra” no se hicieron esperar. Tras volver al escenario y tocar lo que creo que fue “Desierto” llegó el momento de la catarsis total y el último tema del concierto: “Incursiones” en su versión mas intensa, casi 15 minutos de canción en los que la locura fue total y la banda bajó del escenario mientras tocaba, primero Ignacio Celma, luego Manuel Cabezalí y por último Javier Couceiro que incluso llevaba consigo el timbal base de su batería para terminar la canción entre un público totalmente entregado.
Tras este espectáculo poco quedaba por decir, únicamente recomendar a quien no conozca a Havalina que pruebe a escucharlos y les siga la pista, porque es una de esas bandas que si hubiesen nacido en EEUU o el reino unido hace tiempo estarían sonando en todas partes junto a las grandes estrellas, y tenemos la suerte de que sean de aquí.
Y es que Havalina no defraudan.
Crónica realizada por Pablo Giral.
A continuación, vídeo en directo de Viernes:
Y el final apoteósico de Incursiones:
PD1: foto realizada por Javi Miralles
PD2: videos tomados del canal de Youtube de Anissala