Ayer se estrenó a nivel mundial el «S&M 2» de Metallica. Un nuevo concierto de la banda americana junto con una orquesta sinfónica, que celebraba el aniversario de aquel celebrado disco que grabaron hace 20 años. Sin duda un evento que como fan de la banda no podía perderme.
Y allí me planté con un poco de retraso debido a un horario complicado como eran las 19:00 de un día de diario. Me perdí una intro documental (con homenaje a Michael Kamen incluido) y el inicio del concierto, pero llegue al final de la maravillosa “The Call of Cthulhu”. Tras ella la banda viajó al pasado con su clásico “For Whom The Bell Tolls” que continuaron con un “The Day That Never Comes” que sonó épico. Su último trabajo “Hardwaried to Self Destruct” (2016) quedó representado a la perfección con 3 temas: “Confusión”, “Halo On Fire” y una acelerada a la par que arrolladora “Moth Into Flame”. A todas ellas el formato sinfónico las sentó fenomenal. Del anterior S&M rescataron la muy coreada “The Memory Remains”, la elegante “No Leaf Clover” que en su día se compuso específicamente para aquel disco y la, a mi modo de ver, joya de la corona de este formato: “The Outlaw Thorn”, uno de los mejores temas de la carrera de la banda, que con orquesta al igual que hace 20 años suena impresionante.
El primer acto había sonado arrollador, pero el segundo no iba a ser menos y además estaría lleno de sorpresas. Para empezar, la Orquesta Sinfónica de San Francisco continuaba el show en solitario con un el «Segundo Movimiento de la Sinfonía Escita» de Prokofiev, un tema primitivista que sonó a auténtico metal. Más arriesgada fue la continuación con “La Fundición de Hierro” de Mosolov, un tema del futurismo en el que Metallica añadió sus instrumentos y que demostró que la música clásica y el metal pueden ser vanguardistas y caminar de la mano.
Las sorpresas continuaron, esta vez con un James Hetfield que se quedaba a solas con la orquesta para interpretar a la voz un «The Unforgiven III» impresionante y desgarrador. Ya con toda la banda pero en formato acústico recuperaron la sorprendente “All Within My Hands” de su disco más denostado, “St. Anger” (2003). Continuaron con el primer contrabajista de la orquesta homenajeando en solitario al añorado Cliff Burton y su “Anestesia (Pulling Teeth)” y metiendo distorsión a su contrabajo eléctrico. Sin duda una interpretación inolvidable.
A partir de ahí, Metallica cogía ya la directa y descargaba 5 de sus temas más clásicos. Llegaron del tirón un arrasador “Wherever I May Roam”; la que para mi es su mejor canción, “One”; su mega himno “Master Of Puppets”; el baladón por excelencia “Nothing Else Matters” y terminaron con el hit “Enter Sandman”.

Los miembros de la banda estuvieron como siempre magníficos. Quizás a Hetfield se le vio pasado de kilos, muy probablemente debido a su adicción al alcohol que ha hecho que suspendan el siguiente tramo de la gira para que se recupere. Esperamos que se cure pronto y vuelva en plena forma. Si ya lo hizo una vez, volverá a conseguirlo.
La orquesta pasó a ser más protagonista que en el primer S&M y rodeó en el escenario a la banda que interactuaba constantemente con ellos. Un buen ejemplo fue el momento en que Lars Ulrich se acerca al percusionista para hacer la intro de “One” en común.
Hay que destacar tanto el sonido envolvente y la realización del habitual de la banda Wayne Isham, que te hacen sentirte dentro del concierto como si lo estuvieses viviendo in situ.
Sin duda un 20 aniversario del S&M que brilla con luz propia y que no tiene nada que envidiar a su predecesor. De nuevo Metallica vuelve a destacar sin repetirse. Cuando todo el mundo esperaba una repetición de aquel concierto, demuestran que sigues siendo una banda inquieta que se atreve con cosas nuevas y amplía sus límites. Eso les hace ser tan grandes.
Entrada realizada por Javi Miralles, Coordinador de Rock Camp.
“Moth” into flame
Errata corregida. Muchas gracias.