Volvemos al ataque con esos aparatos llenos de lucecitas que provocan mi pregunta favorita como técnico de sonido “¿de verdad sabes para qué sirven todos esos botones?” Pues si, lo se, y vamos a intentar que entendáis algunos de ellos.
El otro día nos quedamos hablando de las grandes consolas analógicas de estudio (léelo aquí), con marcas punteras como Neve o Solid State Logic a la cabeza de la tecnología y el refinamiento del sonido. Sin duda una época legendaria en que manejar del todo y hacer sonar esas máquinas requería de los mejores ingenieros de grabación. En la foto el mítico Chris Lord-Alge con su SSL 4000.

Pronto, con la aparición de los ordenadores la tecnología digital se coló en las mesas de mezcla, empezaron a tener pantallas que nos daban información extra sobre cada canal, parte del proceso lo llevaba a cabo un ordenador y aunque seguían sin tener faders motorizados empezaban a tener la posibilidad de “automatizar” los canales a través de un software como por ejemplo el clásico “Supertrue”, que grababa los distintos parámetros y los iba ejecutando y modificando a lo largo de la canción, aunque no viéramos cambios en la mesa.
La siguiente revolución vino con los llamados faders motorizados. Unos faders con la capacidad de moverse de forma autónoma, permitiendo visualizar la automatización escrita y sobre todo guardar y “rellamar” la posición exacta donde se encontraba cada control aunque se hagan cambios posteriores.
Esto es especialmente interesante en directo, donde cada banda realiza su prueba de sonido independientemente del orden de actuación y posteriormente puedes con un sencillo comando dejar la mesa exactamente igual que al terminar la prueba de cada una para que todo suena como la banda quiere.
Aquí vemos el recall de una escena y los faders automáticos moviéndose:
Como curiosidad casi todas las mesas tienen modos de test de los faders y las luces, y algunas esconden un “huevo de pascua” en forma del divertido modo “Vegas” donde los movimientos y las luces suceden como en la famosa ciudad del estado de Nevada.
En el estudio la aplicación de esta tecnología es ideal para las automatizaciones más precisas, cada canal puede modificarse completamente según las necesidades de la producción y veremos en todo momento los parámetros cambiando en nuestra mesa, haciendo mucho más sencillo el proceso. Un buen ejemplo de mesa puramente digital sería esta nueva y maravillosa superficie de control que se llama Avid S6.

En la próxima entrada de esta serie tras conocer un poco la historia veremos el funcionamiento básico de una mesa de mezclas, ¡para que podáis entender cualquiera que veáis en un estudio o concierto! ¡Hasta entonces!
Entrada realizada por Pablo Giral, Monitor de Rock Camp.
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